Mi cuerpo, que añorando tu figura
gime, por el frisar de tus caricias
sobre la calidez, de mi piel a oscuras,
les demanda, a mis dedos las delicias
que los tuyos, en el, provocan sabios.
Y mi piel busca mi piel, sin pudores
vanos, y pienso que tus bellos labios,
son, estas manos que incitan ardores,
deslizandose obscenas desde el seno
hasta el ombligo y de ahí hasta la umbría
cálido humedal, de gozo y alegría
Y pensando en tí, mi dulce veneno...
me solazo, en esa íntima y tan mía
soledad, que con mi placer se alía.
Como soliloquios del alma que entrega entre los dedos mensajes, tan bien descrito Cj como siempre, deleite para los ojos que leen y para la mente libre que comprende, eres soberbia amiga mía, ten siempre de tu lado mi admiración y mi abrazo.
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