Se miraron y cruel surgió la duda
entre lo prohibido y lo audaz.
¿Era entonces lo no permitido
lo que encendía el deseo voraz?
Un sumirse en la locura ingente
de frotar sus sensuales siluetas
en ese baño dermico que reta
a la sociedad y a su necia mente
Ya nada existia si no ellas amantes
ellas lúbricos sexos encendidos
ellas dos seres de amor delirantes
se miran y se besan, se seducen
sus manos buscan ese ardor húmedo
dejando que el amor sea el que conduce.
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