La húmeda hierba, es tul bajo mi falda,
sobre mi seno tu pecho, y del sauce
las lágrimas procaces, en tu espalda,
besándola...resbalan por su cauce.
Pezón de caramelo unge tu boca,
y muda, la laguna espeja el trance,
de la púrpura lengua que convoca,
clímax glorioso hasta darle alcance.
Busca tu cuerpo cálido en mi fronda,
la puerta, que a la gruta lo conduce,
y angostura penetra y ahonda,
en plácido vaivén que se perpetua,
con praxis epicúrea, hasta la meta
orgásmica, que el placer completa.
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