Deseos, estructurados como ideas
ciertas, realidad y ficción confunden,
y no importa, si con ello se funden
nuestros dos cuerpos en la misma tea.
Dérmica tea que arde, cuando besas
los labios, que ocultos en mi fronda,
tu nombre gorgotean como alondras,
en respuesta, a los besos que tú dejas.
Y en esa obscena pira, arden deseos
y cuerpos, que idean placeres nuevos
en la estructura ardiente de los sexos.
Sobre esa ficticia hoguera, líbame
como el postre más dulce y lascivo,
y al más lujurioso edén llévame
No hay comentarios:
Publicar un comentario