Son suaves tus dedos...temblor satén
que pasea mi piel como en vuelo raso
Trémula dermis que se ofrece...acaso
sedienta, bajo el raso del sostén.
Demandan mis pechos, el ciego tacto
que los alumbra, acariciando dunas.
Eros de sándalo, placer de luna,
pezones púrpuras, flor de amaranto.
Miralos, tan tuyos... profana el sacro
dintel, que guarda bella piel que pide
que la liberes, de opresión que impide.
Tomalos en un sacrilegio impío,
haz que rezumen, en placer sombrio,
como ubres cálidas, llorando ocaso.