Resbalaron tus labios por mi cuello
dejando una promesa de futuro
y siguieron con ese roce bello
bajando por la nada hacia lo oscuro.
Buscaban recrearse sin apuro
en una piel que gime al suave tacto
y siguieron prometiendo placer puro
hasta poder llegar al punto exacto.
Alli donde las noches son eternas
donde la alevosía es la que manda
y la lascivia loca es sempiterna.
Y tus labios se enlazan en mis piernas
Y se pierden en ellas y demandan
a lo oscuro esa dulce boca tierna.
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